Mirta, trabajadora sexual desde los veintiún años, dormitorio whiskería. Mayo 2013.
“Mi madre fue prostituta y nos dio todo en la vida. Se rompió el alma para darnos todo a mí y a mis hermanos. A mí me criaron mis abuelos porque mi madre siempre trabajó. Para mi hija no quiero esto, yo quiero que mi hija estudie”.